El inicio ya era complicado, imagínate ahora sostener lo complicado por una vida.
Como todo cuento de hadas, uno nunca ve el centro de la historia, pero mientras pongo esto en papel, pienso.
¿En qué punto falle yo?
Esa idea me carcomió por algunas semanas, podría darle mil vueltas al asunto (lo cual sucedió, sumado a la alineación de los planetas) pero ahora que eso esta fenecido, ya no importa.
Y sí, enumeraría, pero ¿Para qué?
Quizá el punto preciso es que todo esto me recordó una vez más que debo confiar más en lo que creo sentir que en la palabra ajena.
La gente suele mentir para quedar bien
Suele mentir para no hacer entristecer a los demás
Suele mentir porque no es capaz de decir lo que siente
Suele mentir para creerse su propia mentira
Y en todas las veces supe que me mentían, pero yo, yo solo quería creerle un poquito.
Quería creer que el reloj tenía 14h y en todas ellas no había espacio para mí porque su mente volaba en otros planetas.
Quería creer que algunas cosas son así porque no siempre se puede.
Y en todas quería creer algo que ni yo misma lo creía o ... ¿quizá sí?
Finalmente, como toda mentira, ninguna termina de cerrar el círculo y se destroza.
Se destroza rompiendo algunas hojas de plantas con hojas de color rojo para preguntar algunas tonterías.
Esa media mañana, con mi mejor atuendo, mi labial favorito y una cartera cargada de emociones supe por 6ta vez que era saber que no era elegida una vez más.
Escrito por: Mademoiselle Parapluie.
Pdta: Agosto




No hay comentarios:
Publicar un comentario