Marlenne había encontrado la carta, su textura era suave y encantadora, contaba finalmente como había logrado salir del campo de concentración que los preparaba para la guerra, el pasaporte que tanto había anhelado le fue falsificado, sorteando una nueva identidad, una donde decía que venía de un país rico en zinc y de grandes salares.
¿Ese era el
precio de poder cumplir los sueños?
¿Cambiar de
identidad y renunciar a todo lo que un día creías que era verdad?
Algunas veces
habían hablado de eso, pero en la guerra y el amor vale todo, o como lo
decía Nietzche en “Más allá del bien y del mal”
Eso había hecho
él, porque para el amor por lo que brilla el corazón todos los días, no hay límites.
Ahora estaba
lejos, pero no lejos compartiendo con un amigo o solo viendo un paisaje.
Estaba en otra
guerra, una más grande o casi igual que la del tráfico de armas, de personas y
de todo lo que hace mal al mundo.
Y mientras todo
eso estaba pasando Marlenne sonreía y estaba feliz de saber que por fin él había
logrado su sueño, aunque nunca le alcanzó palabras para decirlo en su lenguaje
materno porque habían prohibido cualquier interpretación que recuerde una
nacionalidad, solo, solo por el hecho de recordar que antes de que se
instalaran los campos, había un lenguaje que unía a la gente como cultura.
Marlenne terminó
de leer la carta, la cerró y una lágrima cayó.
Había comprendido que la verdadera felicidad también se podía experimentar a través del otro, del saber que es feliz, que puede brillar, que puede sonreír en silencio y saber que en algún lugar del planeta puede haber una persona queriendo salir de una guerra en la que nadie le pidió permiso para entrar y luchar sin final, por una donde sabes que se puede morir solo por la basta idea de que es tu guerra, y solo por ello, merece todo el respeto.
Escrito por: Mademoiselle Parapluie.
Pdta: Aun en pleno 2022 siguen existiendo guerras y preparándose gente para luchar, este ya no es el caso muchos, porque es de los que se atreven a luchar y ser capaces de dejar todo lo que aman por su libertad.




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