Desde entonces que pasó, tomé un rumbo diferente hacia todas las cosas.
Dejé de lado un momento el aparato que nos conecta con otros mundos.
Dejé de escribir y comunicar cosas que quizá no tuvieran mucho sentido mas que el de llenar espacios vacíos y decidí llenarlos conmigo, tropezando en el intento de luchar y guardarme todo para mi, de comunicarme conmigo aun cuando deseaba hacerlo con alguien, pero ¿quién? dime ¿quién?
No siempre fue fácil porque el ser humano tiene esa necesidad de hablar, entonces ¿Cómo luchas cuando quieres y no puedes y porque no puedes dices que no quieres?
Aunque al final encuentro amigos, nuevos amigos, nuevos y grandes personajes de la historia que solo se reducen a conversaciones con seres muertos, pero dime ¿Acaso eso no es mejor que alguna persona de este siglo?
Me abrazo todas las noches durmiendo antes que los sentimientos (en verdad no se cual serian, pero prefiero evitarlos porque sino no avanzo) aparezcan, me abrazo en lo agitado que es la vida para que no llegue la noche y sienta ese peso que podría sentir de vivir corriendo.
Pero ese recuerdo ignorante aparece entre mis sueños, como si me hablara y me dijera:
"No puedes escapar de mi"
Temo el día luego de cada quincena, la luna, los pensamientos del pasado, la lógica irracional de soñar lo que no debería pero que me alcanza hasta el mensaje final que me hace llorar por actitudes que no debería darle mayor interés, discúlpame Anna, me importa un poco ¿Cuánto? no lo sé, pero estamos ahí, es cierto que ya no me late como antes, tampoco tengo el mismo miedo, tampoco tengo ya esos deseos, porque cuando la tristeza ha sido más que el placer, la mínima caricia queda solo como un recuerdo muerto en un papel.
Escrito por: Mademoiselle Parapluie




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