Pasó cual meteoro incandescente
Que no se para, no se vuelve atrás.
Y fue mi juventud de liza ardiente,
Inquieta y azarosa por demás.
Jamas se avino a la existencia huera,
Y, abandonando el nido familiar,
Se fue a dormir junto a la inquieta hoguera,
Que, con la fría nieve, fue su hogar.
Por bosques, y pantanos, y collados,
En noches infinitas transportó,
Sobre los hombros débiles, pesados
Afustes de armas que empleó.
Se alzaba bajo el fuego despiadado,
Solía entre las minas avanzar
Y al son de los disparos ha cantado:
La vida no era vida sin cantar.
Ha sido, y es lo mas bello y querido.
Y, si pudiera otra vez volver,
La viviría igual que la he vivido:
Otro destino no quiero tener.







No hay comentarios:
Publicar un comentario