COGITO ERGO SUM


domingo, 29 de julio de 2018

Marzo. No tan hermoso.

Hay cosas difíciles de escribir.
Hay cosas difíciles de decir.
Y más aún hay cosas difíciles de contar.

Muchas veces solo la confianza más íntima nos hace hablar.
Ayer fue un amigo mío y hablábamos un poco de todo lo que había sido de nuestras vidas.
Él decía que me veía diferente, más madura, más mujer, más empoderada.

De pronto recordé un poco algún capítulo de "Siddharta"
Cómo nuestros rostros cambian y nos marcan todo lo vivido.

No ha sido en vano todo lo que viví, me ha marcado cada instante, cada experiencia, cada persona que me negó un poco de si, las que me dijeron adiós con una sonrisa prometiendo un próximo saludo, las que me hicieron llorar y las que también me quitaron lo tonta.

Voy a escribir algún día todo ese viaje que sucedió.
No lo he hablado con nadie y quizá nunca cuente cuánto lloré y cuánto quise estar en algún lugar muy lejano, pero menos en casa.

¿Cuándo comenzó esa idea de irme?
¿Qué guardo para mí misma?

Era inevitable no llorar.


Era ese lugar un espacio donde estaba yo sola y recordaba muchas cosas que quería olvidar, pero uno no puede huir jamás de uno mismo, esa fue la más hermosa y bella enseñanza que aprendí en la precariedad y ausencia de un hogar conociendo indigentes.  

Hoy en julio puedo hablar un poco de marzo sin un pequeño nudo en la garganta, aunque aún salen las lágrimas y sé que saldrán muchas más cuando me siente a escribir.

Nadie sabe que sucedió.
Lo guardo todo dentro de mí.

No hay mayor misterio del que yo no quiera hablar porque simplemente lo guardo y me sofoco, pero esta tarde no quiero pensar. No quiero llorar.

Solo quiero ver como cae la lluvia en la ventana mientras escucho "El mató a un policía motorizado" 



Escrito por: Mademoiselle Parapluie.
Pdta: Esta imagen representa un poco de cómo me sentí frente a lo vivido.
Indefensa.

No hay comentarios: